La juventud es el período que se encuentra entre la
adolescencia y la edad adulta.
Hace tiempo, la edad de la adolescencia era
extremadamente corta, los chicos cuando ya eran capaces de cazar y las chicas
de procrear pasaban inmediatamente al mundo de los adultos. Existían ritos,
según culturas, que hacían de este paso algo natural.
Hoy día puede que también exista algún tipo de rito, como la primera borrachera, pero el verdadero rito es empezar a trabajar y constituir una familia para que te dejen como miembro de pleno derecho entrar en el mundo adulto, lo cual sucede casi a los treinta años, como media general, esto lógicamente supone grandes conflictos.
Hoy día puede que también exista algún tipo de rito, como la primera borrachera, pero el verdadero rito es empezar a trabajar y constituir una familia para que te dejen como miembro de pleno derecho entrar en el mundo adulto, lo cual sucede casi a los treinta años, como media general, esto lógicamente supone grandes conflictos.
En las culturas primitivas no existe un grupo social denominado
"Juventud", ya que en ellas el paso de la infancia a la edad adulta
es directo.
El tipo de adolescentes se ve condicionado por el desarrollo socioeconómico,
en algunos países no sólo no hay adolescencia, sino que a los cinco o seis años
los niños no pueden ser mantenidos por sus familias y pasan a vivir en la
calle.
En los países desarrollados pasa justo lo contrario, se prolonga
el tiempo de acceso a la edad adulta; porque los jóvenes en nuestra sociedad no
encuentran los cauces, los medios y la posibilidad de entrar a formar parte de
la sociedad adulta, ya que para entrar en ella, hacen falta determinadas
condiciones económicas. Y mientras nos dejan hacemos adultos, nos sigue
manteniendo la familia.
Nuestra sociedad no obstante ha creado diversas actividades para ir entreteniendo
a los jóvenes en
este proceso, como por ejemplo el servicio militar ya extinguido, la formación
perpetua post universitaria, etc.
Las exigencias de la sociedad actual hacia el joven son complejas y
contradictorias. El mundo adulto asume las funciones directivas en lo
económico, lo político, lo cultural y los jóvenes cada vez maduran antes, pues el ritmo de desarrollo físico y
psíquico se acelera, pero paralelamente cada vez se encuentran
más obstáculos para poder desarrollar sus potencialidades, empezando por un
puesto de trabajo que es lo que marca el rol adulto.
Cada sociedad tiene su determinado tipo de jóvenes, en la actualidad la crisis
económica, el paro, la miseria, la falta de expectativas, de ilusiones, han
tachado con cierto cinismo a nuestra juventud de apática. Es por
esto, que en nuestra época la juventud se desentiende de una política que no le
ofrece expectativa, ni posibilidades, y es por ello que los jóvenes se retraen
de su grupo juvenil.
Hoy hay un gran número de jóvenes que se plantean el hecho de trabajar para poder vivir, y no
vivir para trabajar, entendiendo el vivir en dimensiones
cualitativas de la vida, una nueva actitud hacia estilos de vida diferentes,
una recuperación del disfrute de la vida, desde goces elementales, relaciones
interpersonales, disfrute de la música, un trabajo gratificante.
Es lógico pensar que si el joven no tiene lugar en esta
sociedad, no nos deberíamos permitir pasar de ella.
Apatía política, escepticismo respecto a la eficacia y moralidad de
las instituciones, desmovilización social, son características de los
jóvenes junto con otras como el valor concedido a la amistad, el amor, la expresión personal, respeto a la naturaleza, solidaridad, paz, tolerancia.
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